Chamara de algodon
Cada día me sentía peor no sabía lo que me estaba pasando estaba muy devil pero no tenía mucho de haber enpezado a sentirme mal, siempre estaba visitando al doctor pero nunca me decían que era lo que tenia así que yo creía que era algo malo pero no tenía la certeza de que fuera verdad lo que pensaba. Mi esposo siempre me preguntaba que si me sentía bien pues m miraba también muy mal y yo por no apurarlo le decía que me encontraba bien, un día Salí a caminar por el parque con unas amigas platicamos varias horas y corrimos la verdad me empecé a sentir muy bien ya no me dolía nada y era muy raro porque días anteriores he estado a punto de morir y ahora me siento muy bien. Al llegar a casa mi esposo se me quedo viendo y ,me dijo que si me sentía bien porque no parecía que estuviera enferma y le dije que me sentía muy bien que era un milagro lo que estaba pasando mi esposo se emociono tanto que me invito a cenar a un restauran muy lujoso y acepte con mucho gusto. Me espero unos momentos mientras me banaba y me arreglaba para irnos a cenar cuando termine de arreglarme tome mi charra de algodón y Salí del cuarto para retirarnos a cenar. Al llegar a restauran me sentía un poco mal pero no sabía porque me volvía el mismo síntoma de siempre si ya me sentía muy bien y de un de repente volverme a sentir mal no le dije nada a mi esposo para no preocuparlo pues él estaba muy emocionado de verme mejor pero sin saber que el mismo síntoma había vuelto, terminamos de cenar y nos retiramos a casa a descansar pues había sido una noche muy intensa con mi esposo. Llegue al cuarto y me quite la ropa para dormir desperté en la madrugada y me volví a sentir bien no entendía que era lo que me pasaba, por unos momentos hasta creía que me estaban embrujando pero no la brujería no existe, no pensé mas en eso y me volví a acostar. En la mañana desperté como de costumbre hice de desayunar y me arregle para que mi esposo me viera en perfectas condiciones cuando despertara, pasaron unos minutos y empezó a llover y a hacer mucho frio así qué entre al cuarto y me puse mi chamarra de algodón pues era la mas caliente que tenia y pues en ese momento no me la pensé en ponérmela. Pasaron unos minutos y Ángel mi esposo despertó a para ir a trabajar le serví el desayuno y me volvió a preguntar que si me sentía bien y le dije que sí que estaba en perfectas condiciones que no me explicaba lo que me ocurría, Ángel dijo qué cuando llegara de trabajar iríamos de nuevo al doctor para hacerme un chequeo general. Ángel se retiro a su trabajo y yo como de costumbre me puse a arreglar mi casa para cuando volviera a la hora de la cómoda ya estuviera limpia la casa, me volvió el mismo síntoma pero ahora más fuerte que nunca me caí al suelo y no podía levantarme me sentía muy débil y quede tirada en el suelo, cuando desperté ya estaba ahí Ángel y le pregunte qué era lo que me sucedía y dijo que no hablara que me encontraba muy delicada de salud que era mejor no hablar, miraba a mi esposo con aquella angustia y sin saber lo que me pasaba, tenía bastante frio me observe y ya no tenía mi chamarra así que le dije a Ángel que me la volviera a poner por favor el no quería decía que estaba haciendo calor pero le dije que yo tenía mucho frio que me la pusiera por favor insistí hasta que acepto. Pasaron varias horas y yo cada vez me sentía peor creía que en unos momentos moriría, ya no sentía nada estaba muy débil, sin querer escuche al doctor decir le a mi esposo que la sangre se me estaba acabando poco a poco y que no tenia explicación lo que estaba pasando, que era un caso muy raro y que no podían hacer nada que esperaran el final de mis días, no pude mas y solté el llanto no quería ver a mi esposo sufrir por mi culpa. En ese y entre Ángel al cuarto y platico conmigo unos momentos, yo sabia que no faltaba mucho tiempo para morirme y que por eso estaba el ahí conmigo no dije nada y espere mi muerte silenciosa.
Llego el momento y volé al cielo como los ángeles mi alma observo como mi esposo se puso a llorar de tristeza y hablo con la sirvienta de sacar todas mis cosas del cuarto me quitaron la chamarra y la colocaron en la cama, mire como me sacaban en una sabana blanca fue lo peor que había visto, con ganas de consolar a mi esposo pero no como lo hacía ya estaba muerta y a los muertos no hay quien los vea. Mire que la sirvienta salió corriendo y le hablo a Ángel, Ángel entro corriendo al cuarto la sirvienta le decía que mi chamarra pesaba mucho ángel saco un cuchillo de la cocina y empezó a hacer pedazos la chamarra de repente observa un animal muy feo y grande adentro y sobre todo lleno de sangre, si pues como no era mi sangre ese animal se había terminado mi sangre poco a poco. Ángel lloro hasta más no poder pues pensaba lo mismo que yo pero ya no había nada que hacer ya no podían revivir a un muerto.
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