Era una noche normal, como todas las demas noches cuando me fui a domir, en la mañana cuando me desperte, me percate de que no estaba en el mismo lugar donde me había quedado dormida, mi habitación.
Asi que me levante muy desconcertada, el lugar era una granja donde habian varios tipos de animales. Entonces sali de alli y comence a caminar, todas las personas que habia a mi al rededor se me quedaban viendo de una manera extraña. Yo no comprendia el por que de eso hasta que me di cuenta de que vestian de una manera muy diferente a mi. Las mujeres estaban vestidas cin bestidos, no habia una sola con pantalon, solo yo. Las personas me miraban y despues se susurraban cosas al odio, esto me hacia sentir un tanto incomoda.
Y por fin un muchacho que al parecer tenia los mismos años que yo se me acerco y me dijo: -Hola- asi que yo correspondi el saludo con un amigable "hola".
-Soy Esteban me gustaria hablar contigo, gustas venir a mi casa
-Yo soy Nora-respondi-Y claro, seria un placer, ademas asi podria sentirme mas comoda.
-Esta bien vamos, te muestro el camino.
Por el camino me conto de su familia, que tenian una granja y que se dedicaban a atenderla. Cuando llegamos me sorprendi, pues era la misma granja en la cual habia despertado.Fuimos a su cocina y mientras comiamos algo estuvimos platicando y el me pregunto que por que vestía asi, y yo le respondi que asi se vestian todas la mujeres, el puso cara de confucion asi que yo pregunte:
-¿Cuál es la fecha de hoy?
-7 de septiembre de 1909-respondio el asi que yo dije
-Creo que soy del futuro, antes de aparecer en esta époco yo vivian en el año 2009.
El se sorprendio pero aun asi siguio platicando conmigo como si eso no importara.
Todo el dia estuvimos hablando de diversas cosas, le platique que en mi época el medio habiente se estaba contaminando muy rápido, de que la mujer ya tiene mas privilegios, pocos pero mas, el se alegro por esto último pues el creia que todos somos iguales.Nos tomamos mucha confianza uno al otro.
Al llegar la noche, el me dio un cuarto en su casa para que durmiera, cuando el se iba a ir a descansar yo le pregunte:
- ¿Qué tal que esto es solo un sueño?
-Toma esto- respondio dadome un dige que tenia colgado en el cuello.
-¿Para que?-respondi.
-Es un obsequio, guardalo bien, y si esto fuera un sueño es un gusto haberte conocido.
-El gusto es todo mi-dije, nos despedimos y cada quien se fue a dormir.
Al despertarme vi que estaba de nuevo en mi casa, en mi cama, donde habia estado la noche pasada. Entristesi un poco al darme cuenta de que solo habia sido un sueño, pero al tocarme el cuello senti un collar, lo quite rápidamente y me di cuenta de que era aquel dige que Esteban me habia obsequiado.